La invención de los gigantes

La invención de los gigantes es una de esas novelas enormes que salen cada diez años, marcando un rumbo determinado de la literatura de un país. Como todas las novelas importantes, es satírica, rebosa humor, dolor, emociones y diálogos antológicos. Una novela policíaca, sí, pero en una España más real que nunca agitada por su propio despertar de una larga pesadilla cutre. Más directo en las réplicas que Juan Francisco Ferré, menos enrevesado que Manuel Vilas, más divertido que Agustín Fernández Mallo, José Antonio Gamero ha puesto todo su talento en una aventura quijotesca total. La maduración de una escritura es un proceso muy largo que puede acompañar al aspirante a novelista quince o veinte años. Si no desiste, si se agarra, ese sacrificio personal puede, con mucho estilo, poesía vivida día a día y algo de suerte, dar el resultado esperado: un hito rock que embruje a los lectores y un mito pagano que acompañe a un autor convertido en su propio personaje, como lo fue Cervantes. Si además ese personaje es un amigo, de esos que se cuentan con los dedos de la mano, entonces hay más que razones para celebrarlo.

Juan Asís
Bibliotecario en Dar al-Ma´mún (Marrakech)